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Cuándo no enviar a los chicos a clases
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Para evitar la diseminación de enfermedades infecciosas y preservar la salud del niño enfermo, se deben tener en cuenta ciertos criterios que indican que no debe asistir a clases hasta realizar una consulta médica. Ellos son: - Cambios en el comportamiento o en el aspecto habitual del niño, como irritabilidad, llanto persistente, rechazo del alimento o tendencia inusual al sueño.
- Fiebre acompañada de otros signos: cambios en el comportamiento, diarrea, vómitos, dolor de garganta o erupción.
- Presencia de moco o sangre en la materia fecal.
- Síntomas de algún tipo de dolor no habitual y de causa desconocida, como dolor abdominal que persiste por más de dos horas o dolor de cabeza.
- Úlceras o llagas en la boca que se
- asocian a un aumento de la secreción
- de saliva (babeo) o dificultan la
- alimentación.
- Vómitos (dos o más veces) en las 24 horas previas.
- Diarrea, si las deposiciones no quedan contenidas en el pañal. Si el niño sabe usar el baño, excluirlo cuando la frecuencia de las deposiciones supere en dos o más veces lo normal para él, o cuando haya sangre o mucosidad en la materia fecal.
Sin embargo, existen otras condiciones que pueden padecer los niños y no requieren que falten a clases: - Resfrío común, goteo nasal o tos leve, sin fiebre ni dificultad para respirar o alimentarse
- Secreciones acuosas en los ojos, que no están acompañadas de fiebre, hinchazón, enrojecimiento o dolor ocular.
- Muguet u hongos en la boca del bebé.
- Infección crónica por los virus hepatitis B, VIH o citomegalovirus.
- Dolor de oídos leve, sin fiebre ni otros síntomas.
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